Mito de Laraos

Cuento: Atachuco y Auray

Estos son dos cerros elevadísimos. Atachuco esta ubicado en la jurisdicción de la comunidad de Laraos y Auray en las alturas de Lunahuana. Ambos se divisan a Larga distancia, desde muchos kilómetros a la redonda.En épocas de la gentilidad, dicen que estos dos cerros eran compadres. El primero, señoreaba a todos los cerros y pueblos de la sierra norte de los Jatunyauyos. Poseía muchísimas minas de oro y plata e inmensas manadas de ganados consistentes en vicuñas, tarucas, venados, guanacos y vizcachas. También sembraban extensas tierras con papas, ocas, ollucos, y otras plantas de la sierra. El cerro Auray, en cambio, era rey de todos los cerros y pueblos de la costa; ubicados a inmediaciones del río cañete. Era también inmensamente rico; poseía enormes tierras sembradas de caña de azúcar, yuca, camote y variedad de árboles frutales. De la caña y las uvas, fabricaba los mejores licores de la época. De cuando en cuando, estos dos compadres, casi siempre en la época de la madurez, intercambiaban sus productos. Atachuco, le mandaba a su compadre, oro y plata cargados con vicuñas y tarucas; a cambio de todo lo enviado, Auray le pagaba con aguardiente, yucas, camote y frutas. En cierta ocasión, dicen que un indio Laraos al ir a repuntar sus llamas por los lugares de shajshana y llishallisha tuvo la buena o mala suerte de encontrar una vicuña que dormía casi invisible entre los arbustos y los pajonales. Cuando fue a verlo, el animal estaba cargado de oro y plata en barras. Posiblemente este animal se habrá quedado allí cansado por el exceso de carga separándose de la tropa. El indio lo cogió con facilidad y contentísimo por el hallazgo le descargó la carga. Luego, lejos de dejarla libre, también quiso aprovechar su carne y lana. Después de haber cortado la cabeza, vio con sorpresa, que el animal tenia las dos orejas con señas y cintas de color verde y rosado. Como no pudo ya remediar el percance no tuvo mas remedio que llevarse todo a su casa; aunque las cintas y las señales le hizo pensar que su presa tendría dueño. Su esposa al ver llegar cargado de una vicuña muerta, al principio, Lo recibió alegremente; pensando tener carne gratis para varios días, pero al ver la cabeza con cinta y señal lo reprocho por tonto y ambicioso. -¿Por qué mataste el pobre animal, sin haberte conformado con tanto oro y plata? A-ura, seguramente lo has perdido tu suerte. Seguramente el cerro será su dueño. A-ura mismo seguro estará buscando por todas partes. Que va a descansar hasta encontrarlo. Mejor será que aura mismo devuelvas con tosa su carga hasta el mismo lugar donde encontraste. Aunque estas muerto cuando esta completo su carga talvez ya no puede buscar. Si no devuelves, yo no se que nos pasara hasta aquí seguro llegara buscando. Con los reproches de su mujer y las cintas que tenia la vicuña, el indio se acostó pensativo que efectivamente la vicuña tendría dueño; cuando después de un ligero sueño, a media noche, se despertó sobresaltado. Como en delirios decía “que todos los cerros por encargo del cerro Atachuco estaban buscando la vicuña extraviada. Como si fuera un loco cogía algunas frazadas, y creía estar escondido en ichu la vicuña muerta. Pero los buscadores habiendo encontrado la matador lo vupaleaban a gusto.!Perdón¡¡ perdón taitas! –decía. “Llévense todo, no he gastado todavía nada!! Gritaba el enfermo. Así delirando, temblando con fiebre alta y loco, dice que el suertudo Laraos; después de largas agonías lastimera dejo de existir.

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